Cuando
el profesor Jaime Nubiola nos hizo pensar sobre la cuestión de la paz en el
mundo lo primero que hicimos fue darnos unos días de reflexión para que cada una
pudiese pensar sobre el tema. Más tarde quedamos las tres y pusimos en común
todo aquello que se nos había pasado por la cabeza en relación con la paz. Fue
curioso ya que todas coincidíamos en que si algo es importante para lograr la
paz en el mundo, es la paz personal e interior de cada uno.
A
cualquier persona que le preguntes por
la calle, que si le gustaría un mundo con paz, seguramente respondería con un
sí rotundo y a continuación añadiría la coletilla de que es una tarea
complicada e incluso puede que imposible. Y es cierto, es algo complicado. Pero
pensamos que no es imposible. Reduciéndolo a un nivel más cercano a nosotros,
ya se nos hace difícil a veces mantener la paz dentro de un grupo de amigos, o
en casa simplemente con nuestros padres y hermanos.
Pensamos
que la cuestión radica en la paz interior de cada uno, si una persona no tiene
paz consigo mismo irá transmitiendo esa sensación allá donde esté, ya que la
primera guerra que nos traemos entre manos es aquella que emprendemos contra nosotros. Nos enfadamos con nosotros
mismos por nuestros errores, nos resentimos ante nuestras debilidades y queremos progresar en distintos aspectos de la vida
pero a veces no nos gusta su precio e incluso tomamos el camino fácil y pasamos
por encima de otros. La superación de la frustración personal, de la envidia,
de la soberbia, de la mentira en la vida de cada uno, nos puede traer la paz a
nuestro mundo. Alcanzar esta paz es una tarea que probablemente nos lleve toda
la vida pero que si no comenzamos nunca el camino hacia ella, no lograremos
nunca alcanzarla.
Las
pequeñas actuaciones en nuestra vida cotidiana que nos hacen la vida más
sencilla y agradable con nosotros mismos y con los demás son probablemente la
esperanza de que podemos dejar paz en el mundo a nuestro paso. Con esto nos
referimos a una relación de fraternidad con todos aquellos que nos rodean y estos
a su vez con los que les rodean, esta reacción encadenada podría dar lugar a
una paz mundial. Es algo que debemos ir practicando día a día y por lo que cada
uno ha de iniciar una lucha personal.
El
tema de la paz en el mundo puede parecer un gigante al que es imposible hacerle
frente, pero mirándolo desde esta perspectiva, podemos comprender que todos
nosotros día a día debemos ir contribuyendo a esta paz, sobre todo dejando
nuestros intereses personales a un lado y mirando por un bien común que a la
larga se convertirá en una satisfacción personal. No es una tarea fácil, ya que
es algo que no nos proporciona un placer instantáneo, pero si de verdad
pensamos lo que decimos y creemos en ello y deseamos la paz mundial, tenemos
que ser consecuentes y aportar nuestra paz interior para que forme parte de la
paz en el mundo.
Realizado por:
Noelia Hernández Ciudad
Beatriz Pérez Aldrey
Andrea Myriam Utrilla Mayans
Realizado por:
Noelia Hernández Ciudad
Beatriz Pérez Aldrey
Andrea Myriam Utrilla Mayans